Una de las mejores aportaciones que me ha brindado el proceso de investigación en el que he estado inmerso los últimos siete años, especialmente mientras completaba mis notas para la redacción de Mi visión de lo posible, me las ha proporcionado Sir. Ken Robinson.
Debo reconocer que no había oído hablar de este gran personaje hasta que aparecieron entre el océano de apuntes finales las primeras conclusiones y los incipientes esbozos del triángulo de la transformación: la Creatividad, la Imaginación y el Diseño, que asomaban en mis reflexiones como las principales fortalezas del proceso de cambio, las palancas para generar una auténtica transformación empresarial. Sin dudarlo, me dispuse a indagar al respecto, analizar algunas fuentes de información, y obtener alguna evidencia clara de que mis intuiciones tendrían la consistencia necesaria para los objetivos de mi trabajo.
Al déficit de creatividad que nos acompaña, y los estudios al respecto lo confirman claramente, de forma especial en los entornos corporativos —aunque sin duda puedan existir algunas excepciones— se une una limitación paralizante de nuestra capacidad para estimular la imaginación: ambos elementos son fundamentales para que el diseño produzca resultados innovadores, realmente disruptivos, y cree verdaderas ventajas competitivas; por otro lado, la imaginación es el alimento de la energía innovadora, no creo que nadie lo cuestione. Una de las causas que Sir. Ken Robinson apunta sobre esta cuestión, está muy relacionada con los sistemas y los contextos en los que nos educamos: nuestra capacidad de visualizar, de imaginar, de crear, va apagándose a medida que nos vamos haciendo mayores.
Además de haber visionado varias veces su célebre conferencia en los TED Talks: How schools kill creativity, tuve la fortuna de contrastar mis primeras intuiciones con la lectura de sus dos excelentes libros: El Elemento (2009) y Encontrando tu elemento (2013), dos magníficos trabajos de Sir. Ken Robinson, junto con Lou Aronica, que recomiendo leer a todos; pueden verse las referencias que he dejado en la bibliografía.
Ken Robinson afirma en esta interesante y divertida conferencia, haciendo referencia a una anterior ponencia de Al Gore sobre el cambio climático, que «nuestra única esperanza para el futuro consiste en adoptar una nueva concepción de la ecología humana, una en la que reconstituyamos nuestro concepto de la riqueza de la capacidad humana. Nuestro sistema educativo ha explotado nuestras mentes como nosotros lo hacemos con la tierra: buscando un recurso en particular. Y para el futuro esto no nos va a servir. Debemos repensar los principios fundamentales bajo los que estamos educando a nuestros hijos… Lo que TED celebra es el regalo de la imaginación humana. Debemos usar este regalo de manera sabia para poder evitar algunos de los escenarios sobre los que hemos hablado. Y la única manera es ver lo ricas que son nuestras capacidades creativas».
El triángulo de la transformación es, por tanto, una vía segura para aprovechar todas nuestras capacidades, para conseguir cambiar la realidad que nos circunda. ¡Pero depende de nosotros, de cada uno de nosotros! Debemos darnos cuenta, ser más conscientes de que la imaginación, según la cuarta acepción del término: «facilidad para formar nuevas ideas, nuevos proyectos», tal y como podéis ver en la RAE, es un potente don que recibimos gratuitamente del creador; tal vez hayamos abusado demasiado de las tres precedentes acepciones.
Este magnífico video que comparto en este post, que tuve la ocasión de ver hace unas semanas gracias a mi hijo mayor, quién me lo mandó una tarde en la que estaba enfrascado entre las correcciones del manuscrito y con la lógica incertidumbre de que mis ideas puedan llegar a influir en el proceso transformador en que están nuestra economía y nuestras empresas, me proporcionó una clave muy interesante, que además, confirma las tesis de Sir. Ken Robinson: la diferencia de nuestra percepción del mundo cuando nos hacemos mayores, y cómo nuestra imaginación vuela cuando nuestras capacidades creativas y nuestra visión de la realidad no establece barreras, cuando no hay límites, cuando no hay fronteras, cuando no nos cargamos de prejuicios. Aunque el objetivo de esta interesante experiencia es la búsqueda y la aceptación de lo que somos, demuestra que nuestras preocupaciones, como sucede con la imaginación, no tiene límites durante nuestra infancia.
Además, este video es una excelente y emotiva experiencia.
¡Corre la voz!